La calificadora de riesgo Moody’s evaluó a Panamá calificó el grado de inversión del país en baa1 con una expectativa estable y un fuerte crecimiento a mediano plazo aunque en porcentajes más bajos que en la última década.
Dicha calificación está sujeta a factores muy puntuales que la firma confía se implementarán en el país como: una política fiscal estricta con respecto al pago de la deuda, la fortaleza de ciertas instituciones gubernamentales y la capacidad del gobierno en el cobro de impuestos, lo que dará mayor credibilidad al país a nivel internacional en cuanto al compromiso de repago de la deuda. Una de las grandes fortalezas que actúan a favor de Panamá al momento de ser evaluado por este tipo de firmas, es el flujo continuo de aportes que realiza la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) al gobierno central, el rol logístico del país en la región y la capacidad de expansión, lo que perfila al país en el 2021 como el más rico de América Latina, según la calificadora de riesgo. Lo que deja muy bien parado al Istmo en comparación a otras economías del mundo azotadas por el covid-19.
El crecimiento medio anual del PIB real fue de 6,2% entre 2010-19, respaldado por altos niveles de inversión que hoy están golpeados severamente por el virus que contraerá la economía 1% del PIB real. Aunado a esto, las perspectivas de crecimiento a mediano plazo serán moderadas en relación a los últimos 10 años, pero seguirán respaldadas por los aportes del Canal y la inversión continua en el país. En general, Panamá continuará mejorando su posición como punto logístico y está en camino a convertirse el país más rico de América Latina en términos de poder adquisitivo per cápita en 2021.
En el caso de Panamá la calificadora analiza que el país tenia un record sostenido como una economía en crecimiento por los altos niveles de inversión y el rol global del Canal de Panamá. Estima que la pandemia afectará severamente el crecimiento que se tenía proyectado para 2020 y conducirá a medidas fiscales más estrictas en el futuro debido a las restricciones de su moneda, el dólar. Según la firma esto es clave para apoyar la planificación del pago de deuda y el perfil crediticio soberano.
Cuatro factores determinan el perfil crediticio de Panamá
Una economía fuerte (baa1), instituciones fuertes (baa3), política fiscal (a2), y la capacidad de recuperarse de un evento riesgoso (baa). Al analizar estos factores la Moody’s mantuvo la calificación de riesgo en A3-Baa2 basado en las fortalezas de crédito que tiene Panamá. A saber: una economía de servicios que mantenía una trayectoria positiva en crecimiento, un historial de crédito favorable con bajo refinanciamiento sin que varíe la tasa de riesgo y un flujo constante de ingresos asociado con los aportes del Canal.
Entre los desafíos crediticios identifican que el Istmo cuenta con una base de ingresos relativamente pequeña que pesa sobre la asequibilidad de la deuda, una carga de deuda moderada que se ha deteriorado en los últimos años y limitaciones en la gestión de política económica a causa de la dolarización.
A pesar de la pandemia que azota las grandes economías europeas y la estadounidense, la firma espera que el crecimiento económico podrá soportar la cartera de crédito aventajando al Istmo sobre otros países. Los factores internos, relacionados con la inversión del sector minero, proporcionarán una base fuerte de crecimiento. Pero observan que el país está expuesto a riesgos externos derivados por la desaceleración mundial. No obstante, observan que los mismos, para las perspectivas de crecimiento de Panamá, son equilibrados.
La calificadora prevé una perspectiva estable del país, incorpora su expectativa en que los índices de deuda se estabilizarán en los próximos años a medida que el gobierno construya un planeamiento de cumplimiento de las nuevas reglas fiscales. De igual forma, esperan que las autoridades adopten medidas para aumentar los ingresos del gobierno para mantener el gasto social y la inversión al mismo tiempo que se cumplan las normas fiscales.
Entre los factores que Moodys detalla para obtener una mejora en la calificación, destaca la posibilidad del gobierno en desarrollar un sólido cumplimiento de las nuevas reglas fiscales con disciplina, lo que respaldará la credibilidad de las políticas y conduciría a una disminución sustancial de los índices de deuda. En este mismo renglón, observa que el gobierno debe hacer esfuerzos continuos para fortalecer su capacidad de recaudación, lo que hablaría a favor de su perfil crediticio. Otro empujón ascendente ocurriría si las autoridades abordan de manera proactiva los posibles pasivos contingentes relacionados con el sistema de seguridad social.
No obstante el panorama positivo que emite la calificadora de Panamá, advierte que podría bajar la calificación si visualizan una consolidación fiscal insuficiente que conduzca a un deterioro continuo en el pago de deuda. Como segundo punto, establece la posibilidad de que el gobierno no pueda cumplir con los límites de déficit del sector público no financiero en la regla fiscal, y la tercera alarma la basan en el supuesto de que los ingresos del gobierno o la materialización de pasivos contingentes conduzcan a déficits fiscales más amplios y se acumule la deuda.
Impacto del covid-19 – La Pandemía – Cuarentena
En este renglón la calificadora analizó las medidas de prevención adoptadas por el gobierno para disminuir los contagios y las moratorias del pago de impuestos anunciadas, además de la suspensión del pago de servicios públicos para aquellas personas con un sueldo inferior a $2 mil mensuales. Repasó la flexibilización de los bancos al otorgar periodos de gracia y suavizar los términos de los préstamos a sus clientes.
No obstante advierte que las restricciones de movilidad tendrán un efecto negativo en el consumo mientras dure el confinamiento. Varias actividades clave han detenido sus operaciones por un tiempo prolongado, como la construcción que representa el 20% del PIB, que paralizó todas las actividades durante un mes a partir del 25 de marzo. Copa Airlines hizo lo mismo desde el 23 de marzo, los servicios de transporte representan el 4% del PIB. Aunado a esto, preve una disminución en la carga que cruza por el Canal de Panamá debido a la desaceleración en el crecimiento de Estados Unidos y los países asiáticos. Tomando en cuenta que las transferencias del Canal al gobierno central representan el 121.2% del total de ingresos del gobierno, sería un punto débil a considerar en las finanzas del Estado.
Moodys recarga el crecimiento del país en las operaciones del año que registre Cobre Panamá, que comenzó su fase de producción en 2019. Sin embargo, el precio del cobre a nivel mundial puede limitar la producción del mineral este año. En general, la calificadora espera que la economía se contraiga bruscamente durante el segundo trimestre del año y se recupere gradualmente lo que llevará a un año de contracción del 1% . Esperan que el crecimiento regrese al 4% en el mediano plazo y pronostican un repunte a 3.7% en 2021.
Calificación de las instituciones
Las instituciones y la fortaleza del gobierno de Panamá recibieron una calificación de baa3. Esto equilibra sus puntajes relativos en gobernanza y el desempeño efectivo de la Autoridad del Canal de Panamá que fue evaluado con un A1 como estable.
Es claro que la economía dolarizada provoca la importación de la inflación de Estados Unidos, no obstante, han tomado en consideración el historial del gobierno en cuanto a la Ley de Responsabilidad Fiscal. Observaron los cambios en 2018 a esta ley pero remarcan una falta de transparencia en los atrasos de los informes sobre las modificaciones a la ley en el marco de la política fiscal que proporciona el perfil crediticio de Panamá.